Los 40 barcos de la clase Mini inscritos en la regata oceánica Palma-Melilla-Palma A2 ya han llegado al Real Club Náutico de Palma (RCNP), donde este sábado, 9 de noviembre, se dará la salida rumbo a Melilla de esta travesía de 1.000 millas náuticas.
El Real Club Marítimo de Melilla (RCMM) colabora con el RCN de Palma en esta cita que se disputa en el Mediterráneo, estándo previsto que las primeras unidades superen la línea de llega frente a la playa de Horcas Coloradas entre el lunes 11 y martes 12 de noviembre.
La clase Mini está formada por barcos de 6,50 metros de eslora sometidos a unas estrictas reglas de homologación y pensados para la navegación en solitario o en tripulación doble.
Este pasado miércoles, en las instalaciones del RCN de Palma se destinó a la medición y comprobación de las embarcaciones, un proceso indispensable para asegurar que todos las unidades cumplen con los requisitos técnicos y de seguridad estipulados.
Este jueves, en el Náutico de Palmase ha procedido a la ceremonia de inauguración oficial de la regata, en un acto que ha contado con la asistencia de autoridades, organizadores y participantes. Durante la presentación se ha dado a conocer todos los detalles de la competición, impulsada por el navegante oceánico y vocal de vela del RCNP, Hugo Ramón, y diseñada como prueba clasificatoria para la Mini Transat de 2025.
Entre los presentes ha estado Annabelle Moreau, secretaria de la clase Mini 6.50 desde hace 23 años, quien ha destacado la relevancia de la regata. “Aunque se trata de la primera edición, la Palma-Melilla es la regata más importante del circuito Mediterráneo de este año. Nos interesa mucho ver cómo se desarrolla, porque tiene un recorrido muy interesante que ha atraído a muchos participantes”, ha afirmado Moreau.
El Comité de Regatas del RCNP ha analizado las condiciones meteorológicas para elegir el recorrido más adecuado. Entre las opciones se baraja que la flota pase por Cabrera y Formentera antes de poner rumbo a la Ciudad Autónoma y el Real Club Marítimo de Melilla, lo que depende de las previsiones de viento y mar en los próximos días. También está previsto que uno de los puntos de control está en la isla de Alborán.
Según Moreau, la buena respuesta de los regatistas se debe a varios factores: “Las razones son, por un lado, la distancia de 1.000 millas, que es casi como la de la Les Sables-Azores, y, por otro, el interés que ha suscitad un recorrido nuevo con llegada en el continente africano, algo que es inédito en el circuito Mini”.
A diferencia de otras regatas, la Palma-Melilla-Palma no puntuará las etapas de forma independiente, sino que se contabilizará el tiempo total acumulado en ambas travesías. Esto significa que los participantes deberán mantener un alto nivel de rendimiento en todo momento, ya que cualquier contratiempo podrá afectar el resultado final de la competición en su conjunto.
Aleix Sellés, compañero de Hugo Ramón a bordo del velero Cristalmina, ha explicado que, si bien aún es pronto para conocer las condiciones, lo más probable es que el sábado haya “lluvia y buen viento de popa”, hecho que permitiría a los participantes “planear a unos 18 nudos de velocidad”. Sellés ha añadido que, por su trazado, la Palma-Melilla-Palma es una regata “más de velocidad que de estrategia” y el ha garantizado que Cristalmina “está impecable y totalmente preparado” para afrontar la travesía a su máximo rendimiento.
El Real Club Marítimo de Melilla ha dispuesto ya todo el operativo para la recepción de los participantes, tanto en su aproximación a la ciudad autónoma como en tierra, puesto que la competición proseguirá el próximo sábado 16 de noviembre cuando se dé la salida de la segunda etapa de la travesía rumbo de nuevo a Palma.